Me animé a escribir este diario para desahogarme y poder expresar de alguna manera lo que no podía contar con mi voz.
He encontrado en la escritura el desahogo que no tenía con la voz por eso creo que el cáncer de laringe que me llevo la voz no me dejó mucho, más bien despertó mi ansia de comunicarme.

 Este diario lo fui escribiendo día a día, según las fechas marcan cada apartado. Después me anime a publicarlo con la sana intención de que mi experiencia pudiese servir a otros, como creo a sido. Ha estado, y sigue estando de momento, en otro soporte pero la propaganda alojada nunca me ha gustado por lo que no he parado hasta encontrar este lugar. Espero que también guste a los lectores.

 

  

EL CANCER

 

 

El 90% o el 99% de los cánceres de laringe se deben al tabaco.
Yo empecé a fumar hacia el año 1972 con 24 años y lo dejé hacia el año 1988 con 40. Nunca fumé más de 1-2 veces al día y siempre en cachimba o, rara vez, habanos.

 

 

 

 

También el alcohol puede ocasionar el cáncer de laringe.
Yo siempre se sido bebedor asiduo aunque nunca en grandes cantidades.

 

 

 

 

También hay quien dice que la principal causa son los reflujos gástricos. Todo puede influir, también la mala surte.

 

 

El cáncer se produce por un error de nuestras células. Cuando una célula se divide, digamos, tiene que copiar una palabra como de 3.000 millones de letras. Que en ese proceso se produzca un error es normal; de hecho, ocurre constantemente. La naturaleza se encarga de corregirlo, pero no siempre y se produce el error. ¿Cómo puedes prevenir que no cometa un error? No podemos controlarlo ni con la dieta ni sin fumar. Aunque ambas prácticas ayudan, sobre todo la segunda. Con el tabaco induces al pulmón a sufrir mutaciones. Igual el alcohol al hígado. En vez de tener una mutación cada cierto tiempo, tienes cien. Las probabilidades crecen.

En una entrevista decía Mariano Barbacid, director del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), "que -aunque no se pueda demostrar– si viviéramos 150 años y hubiéramos podido curar todas las demás enfermedades, todos moriríamos de cáncer.
De hecho, a una cierta edad, muchos llevamos cáncer dentro. En autopsias detalladas realizadas en personas de más de 65 años, en un 70 o un 80 por ciento, se ha encontrado cáncer de algún tipo.
La mayoría de los tumores no se ven a tiempo. Siempre se tratan cuando ya es muy tarde. Ése es uno de los grandes problemas: que no avisa. Recuerde que hay 150 tipos de cáncer. La mayoría no avisa. Hay que subrayar `la mayoría´, ya que no hay reglas con el cáncer que sean aplicables a todos.